El más antiguo "centro de compras" de Ribadesella es su mercado semanal de
los miércoles, creado junto con la villa en el siglo XIII. En él los
pequeños productores de la comarca ofrecen al público las hortalizas del
concejo, las frutas de temporada y las famosísimas "fabes" para la fabada,
el plato más genuino de la región. Sus dos variedades de "Fabes de la Granja"
o "Fabes del Cura" se distinguen del resto de las alubias por su gran
tamaño, su textura mantecosa y su piel fina. Entre las frutas de temporada
hay que hablar de las exquisitas manzanas y peras, los "piescos" -albaricoques
silvestres-, las ciruelas, las cerezas y los recién introducidos kiwis, de
gran calidad, así como las clásicas castañas, avellanas y nueces. También se
pueden encontrar productos de gran interés como los quesos, los dulces de
manzana, los "pantrucos" o la harina de maíz, indispensable para los tortos
fritos y para la consistente "borona", hecha al horno y rellena de embutidos.
En el resto de la villa la actividad comercial se reparte por las diversas
zonas, alguna de ellas muy consolidada como las calles centrales de la
Gran Vía o Comercio, en las que se encuentran los bancos, las librerías,
ferreterías, moda, droguerías, calzado y similares. Pero hay otras zonas en
plena expansión, donde se van abriendo locales al ritmo de las nuevas
demandas sociales. Se trata del casco antiguo, recién restaurado y
peatonalizado, y del rea portuaria, dos zonas atractivas para el recorrido
turístico y para el florecimiento de locales de confitería, panadería rápida,
fotografía, artesanado y servicios afines. También puede considerarse como
zona de expansión comercial la del entorno de la playa de Santa Marina,
donde el moderno crecimiento urbano va impulsando el nacimiento de tiendas
de alimentación, panadería o prensa, además de los consabidos y necesarios
establecimientos de hostelería y restauración.
Entre los productos de la artesanía local que llaman la atención del
comprador hay que mencionar a la cerámica (hórreos, "guruxos" y figuras
decorativas), los bordados, las labores de ganchillo y los artículos
alimentarios artesanos como los dulces suspiros, los licores y aguardientes,
los quesos ahumados o los preparados para la fabada. Pero la palma se la lleva
la fabricación artesanal de piraguas, un arte que ha heredado lo mejor de
las técnicas tradicionales de la carpintería de ribera.

Fuente : Folleto del Ayuntamiento de Ribadesella (Fomento de Turismo)
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