Introducción

   Según Rivas-Martínez (1987) se entiende como vegetación potencial 'la comunidad estable que existiría en un área dada como consecuencia de la sucesión geobotánica progresiva si el hombre dejase de influir y alterar los ecosistemas vegetales'. Unido a este concepto aparece el de serie de vegetación, entendido como el conjunto de formaciones vegetales relacionadas, en las cuales se incluyen todas las etapas de sustitución y degradación de una formación considerada como cabecera de serie, generalmente arborea y que constituiría la vegetación potencial del territorio. Teniendo en cuenta estos conceptos, se puede interpretar que la vegetación potencial de un territorio se correspondería con la cabecera de la serie de vegetación existente en el mismo.

   La interpretación de la vegetación potencial se ha realizado tradicionalmente por métodos intuitivos, basados en la experiencia del investigador en el conocimiento de la vegetación de la zona y en la interpretación de las etapas seriales. Una muestra de este sistema es el mapa de series de vegetación de España (escala 1:400.000) realizado por Rivas-Martínez (1987).

  Sin embargo, según los medios informáticos se han ido haciendo más accesibles, estos y otros problemas han podido ser abordados de forma claramente diferente. Para ello, las herramientas idóneas son los sistemas de información geográfica (SIG), que pueden ser definidos como sistemas informáticos diseñados para el desarrollo, depuración, modelado y representación de datos georreferenciados multivariables (NOAA, 1997). Mediante los SIG es posible elaborar modelos de procesos o fenómenos a partir de información espacial facilitando la interpretación de procesos naturales, por lo general complejos y poco proclives a la investigación in situ.

   De acuerdo con este planteamiento, en este trabajo se realizará un ensayo metodológico para estimar la distribución potencial de algunas formaciones forestales usando métodos estadísticos integrados en un sistema de información geográfica.

   La utilización de estos métodos hasta el momento ha sido escasa, encontrando casos puntuales de utilización de los mismos; entre ellos podemos destacar los trabajos de Hancock y Wilson (1995), relacionados con la vegetación y una única variable topográfica, Narumalani et al. (1994), relacionados con distribuciones de macrófitos acuáticos o Chung y Fabbri (1996), aplicados a inestabilidades de ladera.