EL CLIMA DE ASTURIAS - LA TENDENCIA


LA EVOLUCION DEL CLIMA EN ASTURIAS

«Desde hace aproxímadamente un siglo, la temperatura media de la Tierra se ha elevado 0.7 ºC y nada anuncia un cambio de tendencia en un futuro próximo». De esta rotunda manera comienza uno de los últimos artículos científicos que se han publicado sobre la polémica del cambio climático en nuestro planeta. Los últimos años han reavivado la conciencia sobre este problema especialmente en Asturias, donde han existido períodos con lluvias escasas y altas temperaturas.

Haremos, por tanto, un breve comentario sobre la evolución del clima en Asturias en los últimos años. Para ello se dispone de una valiosa serie de observaciones de temperaturas y precipitaciones que, comenzando en 1851, puede extenderse hasta la actualidad. Las observaciones, realizadas inicialmente en la Universidad de Oviedo, han sido completadas con los actuales datos del Observatorio Meteorológico hasta 1989 con las correcciones oportunas, necesarias debido a la diferente altitud y localización de los instrumentos (Mateo, 1981, 1983).

Tendencias

Los resultados muestran que, en Oviedo, la temperatura media ha aumentado unos 0.65 ºC en los últimos 140 años. La precipitación ha experimentado, asimismo, un incremento de casi 260 I/m2 aunque en los últimos 10 años se ha experimentado una tendencia descendente muy notable.

Análisis más detallados indican que, tanto las lluvias como la temperatura, experimentan una serie de fluctuaciones con períodos de décadas: por ejemplo, hacia el año 1872 comenzó un período de 21 años de lluvias progresivamente descendientes que culminó en 1893, donde éstas comenzaron a subir durante 9 años para volver a bajar durante otros 16, etc.

Estas fluctuaciones deben servir para indicarnos que los cambios climáticos existen en todo momento pero que las tendencias de unos pocos años no son suficientes para caracterizarlos. De forma general se admite, en la actualidad, que en los últimos siglos han existido tres episodios climáticos principales: un período frío en los siglos IX y X, un período cálido con un máximo en el siglo XII, y una «pequeña era glaciar» entre los siglos XIV y XIX. Finalmente, en los últimos 100 años se observa una tendencia al calentamiento general del clima, dentro de la cual los años 80 son los más cálidos registrados desde el decenio de 1860, época en la que el desarrollo de los instrumentos meteorológicos permitió ya medidas precisas de la temperatura.

Las causas de estos cambios son difíciles de establecer aunque algunas son conocidas: existe una relación clara entre el clima y la circulación oceánica, y la influencia de las erupciones volcánicas (debido a las cantidades de polvo y aerosoles que emiten a la atmósfera) está comprobada, aunque implican variaciones esencialmente locales y de poca duración.

La última causa que parece influir sobre el clima es la actividad humana, que ha emitido grandes cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera desde el inicio de la era industrial.

La posibilidad de un calentamiento por el efecto invernadero es algo generalmente admitido en la actualidad por los climatólogos, aunque no es posible decir aún si este efecto ya ha comenzado a notarse en el clima mundial. Parece claro, sin embargo, que el incremento del CO, será el responsable principal del calentamiento atmosférico en los próximos siglos.